FRANCO SUPERSTAR - Ópera rock ©




PRÓLOGO

La guerra civil de España, guerra intestina, guerra de hermanos, entró en el tiempo y en el espacio de este siglo. La estrategia utilizada fue la táctica larga que convirtió a su pueblo en el deshumanizado odio devastador e implacable que ve parir, en un parto forzoso, a un Estado totalitario que viene a desarrollarse, a inspirarse, en la doctrina falangista.

Para ese momento, las grandes corrientes y fuerzas de opinión se pliegan a este movimiento, cuya ideología política se afirma y se controla como nacionalista y donde, según los observadores políticos, se fusionaron nueve familias: Militares, Primoriveristas, Tradicionalistas, Monárquicos, Falangistas, la Iglesia Católica, Integristas, Tecnócratas y Técnicos.

El resultado, en el tiempo, los determina como los creadores de la Sociología Franquista.

Nace el autoritarismo de un jefe que se define como el Todopoderoso, sin que nadie, siquiera Dios, pueda limitar su poder. Es el Jefe, El Partido, El Pueblo y el brazo armado de Dios.

Pietro Nenni le expresó al mundo: “El ataque a la España Republicana se inspiró y se condujo en el exterior por el Fascismo Mussoliniano y, con menor empeño, por el Hitleriano. Roma era, más que Madrid, el centro de la conspiración antirrepublicana y, por tanto, esta intervención en suelo español fue escenario del ensayo general de la Segunda Guerra Mundial”.

Dentro del análisis profundo que nos vimos precisados a realizar para la construcción de esta obra, encontramos que, a pesar de existir dos conflictos, uno interno y otro externo, España jamás dejó de ser España. Es decir, el país Imperial, decadente, asentado sobre la aristocracia y el ejército, frustrado por las derrotas coloniales, la iglesia y el latifundismo, todo ello unido, no tanto contra una revolución de signo democrático y popular, sino contra el desarrollo de un estado industrial moderno. La situación y la cultura española, a pesar de todo lo que ocurría, continuaba caracterizada por un Estado conservador, reaccionario y feudal, inútil para el momento político democrático que se buscaba.

Españoles de un lado y españoles de otro, se lanzaron plenamente al compromiso con la dignidad histórica y se sometieron a vivir, en carne propia, el odio de toda una Guerra Civil cruda, cruel, influenciada por la destrucción de un probable Estado democrático y la construcción de uno nuevo que ya traía engendrado al hijo, que imbuido de una moral maniquea, convencido de ser la encarnación del bien, el “dedo de Dios”, el brazo armado del Señor, se creía el encargado de extirpar de la muy católica España los errores del siglo. Para ello utilizaría su carácter implacable, personalista y autoritario, heredado de las tantas veces que se las jugó, todas con temeridad, en los campos de batalla africanos, en la ruda compañía de moros y legionarios.

Así nace El Caudillo, levantando el brazo todavía más en alto que los grandes de Italia y Alemania, el Jefe de Estado y el Jefe del Partido, el domador del noble pueblo español, Francisco Franco Bahamonde.

Franco Superstar es el péndulo histórico que demuestra como se venció, pero como no convenció. Esta idea, que no se parece a ninguna otra, tiene un destino para los españoles de hoy y para los hombres del mundo, hoy más maduros políticamente.

Traer la existencia de Franco a los escenarios del mundo, es una necesidad humana, porque del pasado siglo vivido, él cubre un setenta y cinco por ciento de su tiempo. Su reino, no lejos de cuarenta años, es un caso único entre los dictadores de la época.

Franco nunca lo pensó, pero lo hizo. Se enfrentó al tiempo para hacer un destino completo ante el fracaso de la Primera República y construir el triunfo del Franquismo.

Mussolini quebró su destino, Hitler lo ultrajó. Los dos violaron la historia y como hombres han muerto: viven como monstruos para los pueblos que aman la libertad y la democracia.

Franco, el domador, es la lección que no pueden seguir estas generaciones. Es el ejemplo que debemos juzgar condenándolo, para que no se cometa el terrible y deshumanizado error de creerse omnipotente.

Muralla de tiempo donde, a pesar de la evolución humana, el hombre se ve incapacitado en salir. Franco obligó a España a estacionarse, aun más, la separa. Separa a sus hombres, les impide incorporarse a ese mundo nuevo por el cual han luchado y al cual no han comprendido por la marginalidad de sus conciencias traídas de ese pasado amargo, de esa historia que se encuentra al margen del retardo y el retroceso, porque España se empequeñeció por la victoria dictatorial de un hombre alejado, en la distancia del tiempo, de la historia y de su pueblo.

Los autores





PERSONAJES



Franco, El Generalísimo.

Mola, el torturador.

Queipo del Llano, el sanguinario.

Calvo-Sotelo, líder de la derecha.

Dolores, “La Pasionaria”.

Cabanellas, el gendarme mayor.

Cardenal, la complicidad espiritual.

Federico, el poeta mártir.

Mussolini, el fascista incitador.

Hitler, el loco nazista.

Churchill, el conciliador.

Eisenhower, el gigante aprovechador.

Serrano Suñer, el cuñado diabólico.

Jordana, el conde de la muerte.

Lola “La Grande”, la bailaora.

Pedro Luis, el libertario.

Dominga, la tabernera.

Carmen, la esposa acongojada.

Miguel, el verdugo.

Juan Carlos, el rey.

Sacerdote, la iglesia deprimente.

Reo I y reo II, prisioneros.

Cuerpo de baile, coro, pueblo, paisanos, milicianos republicanos, guardias civiles, agentes del estado, sacerdotes, reos, bailarines, militares y falangistas.




OBRA EN DOS ACTOS




PRIMER ACTO

Se abre el telón. Estamos en Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias. En la mitad del escenario está sentado, en su escritorio, el pequeño dictador. Su silueta es marcial, relleno. Se levanta y corre frente al sol. Alza el brazo todavía más alto que los grandes de Italia y Alemania. El gorrete moteado de legionario lo hace sentirse seguro. Su cara iluminada expresa una sonrisa amplia cuando aprieta entre sus dos manos la carta previsiva que dirige al Ministro de Guerra y Presidente del Gobierno. En ese instante entran los generales Mola, Queipo Del Llano y Cabanellas. El escenario, siempre, durante la obra, y gracias al juego de luces, estará divido en dos o tres espacios dimensionales, donde se pueda jugar con escenas diferentes, así como con distintas coreografías al mismo tiempo. Todos los vestuarios, de principio a fin y de todos los personajes, serán sugeridos simplemente con mallas completas, diferenciándose uno de otros sólo con los colores. Únicamente llevaran uno, o a lo máximo dos, elementos que tipifique al personaje (gorras para los militares, boinas para los milicianos, birrete para los curas y así sucesivamente).





FRANCO: – ¡Nada más sagrado que la patria! En esta carta (Señalándola a los generales) hago un intento por evitar la guerra de España.

MOLA: – ¡Esta anarquía sólo la resuelve el alzamiento militar!... La ansiedad colectiva comienza a mirar hacia nosotros… Tenemos que buscar una polarización militar.

QUEIPO DEL LLANO: –Es razonable para la circunstancia… Congreguemos la unión militar española… ¡Agrupémonos todos y lancémonos!... Ya el teniente coronel Valentín Galarza está estacionado en Madrid y espera por nosotros.

MOLA: – ¡Así será! (Salen todos y se enciende otra área del escenario).



ESCENA MUSICAL I

13 de julio de 1936. Asesinato de José Calvo-Sotelo, comienzo del Alzamiento Militar y víspera de la Guerra Civil. El cuerpo de baile, compuesto por once bailarines-actores escenificará en danza moderna el asesinato de José Calvo-Sotelo. Uno será la víctima y los otros diez representarán a los agentes de seguridad del Estado. Esta composición musical coreográfica dramatizará la angustia de la víctima.



CALVO-SOTELO: – ¡No!... Soy el líder de la derecha, el jefe de la oposición monárquica parlamentaria… No podéis hacerme eso… ¡Asesinos!... ¡Asesinos!...

AGENTES DEL ESTADO: – ¡Tú sol se apagará, miserable rufián!... Reza, porque partes de España hacia donde no se descansa… Donde la historia verde y amarga, hecha de barro y sangre te reclama… ¡Te reclama!...

(Suenan tres disparos y José Calvo-Sotelo cae en un charco de sangre. Los asesinos huyen dejando el cuerpo de la víctima en el escenario. Inmediatamente entra un grupo de seis bailarines falangistas (vestimenta sugerida: sólo mallas y algún distintivo), danzarán ante el cadáver y en coro cantarán:

FALANGISTAS: – ¡Es el colmo!... ¡Es el colmo!... Han colgado y quemado a nuestros hermanos de sangre… Los verdugos trabajan de noche… Han puesto una cruz ardiente frente a nosotros… Palabras y decisión se juntan… En España es necesaria la guerra… ¡Guerra!... ¡Guerra!... ¡Guerra!...

CORO: –En España es necesaria la guerra… ¡Guerra!... ¡Guerra!... ¡Guerra!...

FALANGISTAS: – No daremos tregua, venderemos acero y balas, prepararemos de nuevo la pólvora… Amamos a España y no podemos huir de su tierra… ¡De su tierra!... ¡De su tierra!…

CORO: – ¡De su tierra!... ¡De su tierra!…

FALANGISTAS: – Corramos con Mola… ¡Luchemos con Del Llano!… ¡Busquemos a Franco!... ¡Adelantémonos con Cabanellas!... ¡Adelante soldados!… ¡Acostumbrémonos a beberla!... ¡Es la sangre que riega nuestra tierra!... ¡Es la sangre!... ¡Es la tierra!... ¡Es la sangre!

CORO: – ¡Es la sangre!... ¡Es la tierra!... ¡Es la sangre!



Recogen el cadáver y marchando se retiran. También marchando, otro grupo de diez bailarines-falangistas entra en escena. Se detienen frente al público pero sin dejar de mover los pies al son de los redobles de tambores de guerra y en coro expresan:



FALANGISTAS: (Cantan en tono marcial) – ¡Julio!... ¡Julio!... Julio 17 de 1936… ¡Treinta y seis!... ¡Treinta y seis!... ¡Melilla prende fuego!... El general Soláns y el teniente coronel Seguí adelantaron el momento… ¡Ceuta estalló!... Estalló Ceuta con el coronel Yague… ¡Tetuan estalló!... Estalló Teutan con el bravo Sáenz De Buruaga… ¡Hasta el último español llega el miedo!... ¡El miedo!... ¡El miedo!... El miedo dibuja el rostro de España en un combate de vergüenza y venganza… ¡Venganza!... ¡Venganza!

CORO: – ¡El miedo!... ¡El miedo!... ¡Venganza!... ¡Venganza!



Un ruido musical electrónico estremecerá el escenario. La danza de la guerra comienza. Al grupo de los diez se le unirán seis más. Al terminar danza, la orquesta le dará un nuevo acorde al coro, que sólo va expresar, en varias tesituras de voz:



CORO: – ¡Julio 19!... ¡Julio 19!... ¡Julio 19!... ¡Julio 19!...



Franco entra al escenario acompañado de dos bailarines-militares. Los otros se unirán a éstos y los seguirán. Franco levanta la mano derecha con dirección al sol. Música y danza callarán brevemente.



FRANCO: – ¡Yo, el guerrero de España, tomo el mando de las tropas de África!... ¡Nadie me detendrá!... ¡Yo soy la vida de España!... ¡Yo soy España!



Regresa la música y la danza. Al escenario entran marchando los generales Queipo Del Llano y Cabanellas. Se unen a Franco y todos en coro cantan:



TODOS: (En diferentes tesituras. Barítono, contralto, tenor). –Ya Sevilla, Zaragoza, Valladolid, Jerez, Cádiz, San Fernando, Jaca, Huesca, Calatayud, Pamplona, Oviedo, Toledo, Burgos, Zamora, Granada y La Coruña… ¡Ya todas!... ¡Ya todas!... ¡Ya todas están alzadas!... ¡Alzadas!... ¡Alzadas!... ¡España falangista!... ¡Falangista!...

CORO: – ¡Alzadas!... ¡Alzadas!... ¡España falangista!... ¡Falangista!...



Marchando al mismo compás se irán retirando. Mientras lo hacen desde el fondo del proscenio, a oscuras en ese momento, baja un telón de fondo con escenas del Cuartel de Montaña de Madrid. Juego de luces coreográficas.



ESCENA MUSICAL II

Combates trágicos. El cuerpo de baile se dividirá en militares falangistas, milicianos republicanos, paisanos y pueblo. Esta escena se desarrollará incorporando un zapateo flamenco moderno. Se enfrentarán en una mezcla de danza pura y zapateo, donde el combate favorece a los republicanos. Durante la lucha y al son del zapateo, los falangistas huirán despavoridos. El zapateado de los vencedores se hará sentir cada vez con más fuerza. Luego, en coro, éstos cantarán:



MILICIANOS: – ¡No pasarán!... ¡No pasarán!... ¡Resistiremos hasta morir!... ¡Hasta morir!... Saldremos de las rocas… ¡Del aire!... De toda la madre España para volcarnos en fuego… Saldremos del Mediterráneo… ¡Del mar!... Y en su aguas lavaremos la sangre de Madrid… ¡Lavaremos el martirio y la maldita pólvora!... Madrid y Barcelona de pie hasta vencer… Moscardó se rendirá en Alcázar de Toledo… ¡Aquí estamos los anarquistas!... Los de Durruti y el comandante Pérez Farraz!... ¡Marchemos!... ¡Marchemos!... ¡Marchemos a Zaragoza!... Somos los bravos….Los ágiles guerreros y los vamos a derrotar… ¡Victoria!.. ¡Victoria!... ¡Muerte al falangismo!...



El zapateo se irá suavizando lentamente hasta que todos los milicianos queden en posición ante la expectativa de un nuevo enfrentamiento. Entrará Dolores Ibárruri. Un estruendoso sonido orquestal conmoverá el espacio. Luego silencio total. Todos dirigen su mirada hacia ella.



MILICANOS: – ¡La Pasionaria!... ¡La Pasionaria!... ¡La gallarda Pasionaria!...

DOLORES: – ¡Esta es la España partida en dos!... Yo pertenezco al pueblo y ellos a los que no son… ¡No pasarán!... ¡No pasarán!... Nuestra lucha es inmortal… ¡Inmortal!... Es el grito del pueblo y sus derechos… ¡No pasarán!... ¡No pasarán!... Por nuestros hijos debemos velar… Por nuestra patria debemos luchar… ¡No pasarán!... ¡No pasarán!... ¡Muera la anarquía!... ¡Mueran los militares!... Por nuestros hijos y nuestra patria no pasarán… ¡No pasarán!

PUEBLO: – ¡Es la España intestina!... Hermano contra hermano… Ninguno se da la mano… ¡Lucha desigual!... ¡Muerte y retardo!... ¡Anarquía!... ¡Anarquía!... ¡Nos espera el letargo!... ¡La muerte!... ¡La muerte!... ¡Hermano contra hermano!...



ESCENA MUSICAL III

Juego de luces para cambiar de una situación a otra. El pueblo sabe que es utilizado para pruebas bélicas. Los que están en formación comienzan nuevamente el zapateo. Se irá incrementando a los niveles orquestales. A los pocos segundos, todo quedará en silencio.



PUEBLO: – ¡España es calcinada!... ¡España es mancillada!... ¡España está ardiendo!... ¡Hitler y Mussolini hieren nuestra patria!... ¡Sus bombas matan niños, mujeres y ancianos y a nuestros milicianos!... ¡Guernica!... ¡Guernica acribillada por la legión maldita!... Franco lo aprueba… ¡Franco traidor!… Franco el asesino del pueblo español…



ESCENA MUSICAL IV

28 de septiembre 1936. Franco libera a Moscardó. Danzando entrarán nuevamente los falangistas para enfrentarse con los milicianos republicanos que están en las tablas. La escena debe ser invadida por ruido de aviones, metrallas, tiros de escopeta, fusil y gritos de bando y bando. Zapateando, los bailarines formarán un círculo cerrado. Uno de los bailarines representará al coronel Moscardó, acantonado en Alcázar, el cual es prisionero en el centro del círculo. Posteriormente llegará Franco y el general Varela con seis bailarines vestidos militarmente y en una danza magistral escenificará el rompimiento del círculo y liberarán al coronel. A Franco se les unirán los falangistas que estaban en escena y entre todos acribillarán a los milicianos y civiles. El cuerpo de baile falangista quedará en formación alrededor de Franco con los brazos en alto. Cesa la música y la danza y entra en escena Mola, Queipo Del Llano y Cabanellas. Se pararán firmes frente a Franco y los tres, a una sola voz, cantando:



MOLA, QUEIPO DEL LLANO Y CABANELLAS: – ¡Dios!... ¡Dios!... Por la gracia de Dios te proclamamos Generalísimo del los Ejércitos y Jefe de Estado, hoy primero de octubre… ¡Primero de octubre!... ¡Primero de octubre! … ¡Ha nacido un Dios!... ¡Ha nacido un Dios!... ¡Viva Franco!... ¡Viva el Generalísimo!...

CORO: (De semifondo) – ¡Ha nacido un Dios!... ¡Ha nacido un Dios!... ¡Viva Franco!... ¡Viva el Generalísimo!...

FRANCO: – ¡Acepto!... ¡Acepto!... Acepto y tomo posesión… ¡Yo el Generalísimo de España!... ¡De España libertada, de mugre y salamandras!... ¡Acepto!... ¡Acepto!... ¡Acepto y tomo posesión!...



El escenario se desborda. Y todos, junto a los falangistas, danzan y cantan:



FALANGISTAS Y PUEBLO: – ¡Franco!... ¡Franco!... ¡Franco, el Generalísimo de España!



De inmediato los acordes De Cara al Sol, el himno de la legión.



TODOS: – Cara al sol

con la camisa nueva

que tú bordaste en rojo ayer

y traerán prendidas cinco flechas.

Las luces de mí ser

formaré junto a mis compañeros

que hacen guardia

frente a los luceros.

Si te dicen que caí

me fui al puesto que tengo.

Allí volverán banderas victoriosas

al paso alegre de la paz

y traerán prendidas cinco rosas,

las flechas de mi afán.

Volverá a reír la primavera

que por cielo, tierra y mar

te espera arriba

escuadras a vencer

que en España empieza a amanecer.



FRANCO: – ¡Españoles!... Noble pueblo de Castilla… ¡Corazón de España!... Tierra de hidalgos… Vivero de la nobleza asaltada por las hordas rojas de Moscú… Nuestro régimen será de autoridad, pero también será un régimen para el pueblo… No estamos para preservar los privilegios del capitalismo, venimos para sostener la clase media y a los más humildes de vosotros… Los militares sólo tenemos una palabra: ¡Existir!...

CORO: – ¡Existir!... ¡Existir!... ¡Existir!...

FRANCO: – Hay que creer en Dios y rendir a la patria el culto que le es debido, pues el hombre sin creencias, sin espiritualidad, el hombre incapaz de gobernar una familia, no puede ser calificado ni de hombre, ni de español, ni de nada…

PUEBLO: (En coro estridente) –Ni de hombre, ni de español, ni de nada… ¡Franco!... ¡Franco!... ¡Franco, El Libertador!...

CABANELLAS: (Ordena silencio a todos) – ¡Por la gracia de Dios, aquí tenéis al nuevo caudillo de España!

PUEBLO: (Coro) – ¡Nuevo caudillo!... ¡Nuevo caudillo!... ¡Viva el caudillo, por la gracia de Dios!

FRANCO: ¡Señores generales! … Generales del pueblo, podéis estar orgullosos de vuestra obra… Habéis recibido una España desgarrada y me dais una España unida en grandioso ideal…

PUEBLO: (Lo interrumpe, y en coro repite) – ¡Grandioso ideal!... ¡Grandioso ideal!

FRANCO: (Prosigue su discurso) –Unida en un grandioso ideal, símbolo de una raza que no quiere morir y garantía de la civilización occidental amenazada por las bandas rojas de Madrid… ¡Mi paso será firme!... ¡Mi mano no temblará!... Debo encargarme de todos los poderes… Elevaré la patria a la cumbre o moriré en el empeño.

PUEBLO: (Baila y corea) – ¡La patria a la cumbre!... ¡La patria a la cumbre!... ¡Franco!... ¡Franco, el hijo más fiel de Dios!... ¡Franco!... ¡Franco, la voz de Dios!... ¡Franco!... ¡Franco, el dedo de Dios!

FRANCO: –Para el cumplimiento de esta misión cuento con vosotros y con esta junta (señala a los militares) que se quedará a mí lado para construir una España encaminada a un solo objetivo… Una España española… ¡Viva España!... ¡Viva la nueva España!...

PUEBLO: (Coro) – ¡Una España española!... ¡Una España española!... ¡Viva España!... ¡Viva Franco!... ¡Viva el dedo de Dios!... ¡Viva la nueva España!...



ESCENA MUSICAL V

La victoria falangista. Un grupo de diez bailarines vestidos de milicianos republicanos irrumpirán en el escenario (gritos, disparos, fuego) y en una danza muy movimentada se enfrentarán a los falangistas que están con Franco. Es la última batalla. Franco, que ha esperado con tantas ansias este momento, expresa:



FRANCO: – ¡A vosotros, a quienes os oprime el amor de España!... ¡A vosotros, quienes en las filas del Ejército y la Marina habéis hecho el juramento de defender la patria hasta la muerte, hoy la nación os llama!



Prosigue la danza. Un miliciano, con la angustia de la derrota dibujada en el rostro, saca las últimas fuerzas de su garganta.



MILICIANO: – ¡Hombres y mujeres de Madrid!... ¡El mundo entero está pendiente de vosotros!... ¡Madrileños, es preciso que esta página de historia que estamos viviendo termine con nuestro triunfo!... Madrid hará honor a la suerte que le ha deparado la historia… Los cañones suenan en nuestras puertas…

PUEBLO: (Repiten en coro) – ¡Los cañones suenan en nuestras puertas!... ¡Los cañones suenan en nuestras puertas!...

MILICIANO: (Antes de morir) – ¡Todos Los madrileños de pie!... ¡A ganar, cueste lo que cueste!... Cada hombre, cada mujer, todos, dispongámonos a la lucha inmediatamente…

PUEBLO: (No sabe a quién seguir. Coro) – ¡Inmediatamente!... ¡Inmediatamente!...

MILICIANO II: – ¡Antifascistas, todos a la lucha!... ¡Somos el Quinto Regimiento!... ¡Los canallas fascistas no pasarán!

PUEBLO: – ¡No pasarán!... ¡No pasarán!... ¡Los canallas no pasarán!



La música y la danza rock será voraz, exterminadora. Poco a poco los milicianos republicanos irán cayendo uno tras uno. Los falangistas danzarán cada vez con más fuerza, con más fanatismo, hasta ver caer al último miliciano. Finaliza la música y danza. Los falangistas, con la mano en alto y la mirada hacia el sol, quedarán en formación y marchando. Todos, en coro, cantarán:



FALANGISTAS: – ¡Triunfo total!... ¡Es nuestro el triunfo total!... ¡Por Franco!... ¡Por Franco, el dedo de Dios!



Franco ordena silencio y él, sólo, danza por todo el escenario. Se detiene frente al público y canta:



FRANCO: – ¡España me pertenece!... ¡España es mía por la gracia de Dios!... No cederé ante nadie… ¡No cederé!... ¡No cederé!... No lo hice en la guerra, ni ahora, ni después…

FALANGISTAS: (Coro) – ¡Ni ahora ni después!... ¡Ni ahora ni después!...

FRANCO: – ¡España me pertenece!… ¡Hasta que muera, España rendida a mis pies!...

FALANGISTAS: – ¡Rendida a tus pies!... ¡Rendida a tus pies!... ¡Hasta que mueras España rendida a tus pies!...



Entran al escenario los representantes del clero, la monarquía, los tradicionalistas y los integristas. Madrid está destruida. Todos se dirigen al centro, donde está Franco, imponente, marcial. Lo rodean. Franco toma el trono y canta.



FRANCO: – ¡España es mía! … ¡España me pertenece por la gracia de Dios!... En España sólo hay una autoridad, la del Generalísimo Franco y su gobierno… ¡Y ese soy yo!

FALANGISTAS: (Coro) – ¡Y ese eres tú!... ¡Y ese eres tú!...

CARDENAL: (Dirigiéndose a todos los presentes) – Hoy, primero de abril de 1939, tengo en mis manos el comunicado oficial que anuncia el final de la guerra atroz… ¡Ya el ejército rojo está cautivo y silenciado!... ¡La guerra ha terminado!... ¡Los republicanos reducidos o exterminados!

FEDERICO: (Hacia ellos se dirige el fantasma de un hombre -una malla de ballet blanca recubre todo su cuerpo-, un poeta) –Tengo una cita con España… Yo soy el grito silenciado… Soy la conciencia del pueblo mancillado, de su cultura y sus tragedias… ¡Amo a la tierra!... ¡Amo a España!... Tiemblo porque hasta el pueblo llegó el temblor estremecido…

CARDENAL: – ¡Eres terrible, colérico y brutal!… Hemos arrancado la mala hierba pero tú aún sigues fastidiando… El Generalísimo, por obra de Dios, recuperará tú alma endiablada… ¿Por qué sigues aquí?... ¿Lorca, no te basta con el daño que has hecho?... Tus poemas malditos se quemarán en el infierno.

DOLORES: (Entra al palacio vestida de miliciana y, dirigiéndose a Franco, canta) – Tú tesoro sangriento escondes en el Cuartel de la Montaña… ¡Tú eres la tempestad!... Para España y los españoles eres la muerte de la libertad… ¡Ay, España!... ¡Ay, alma mía!... ¡Cómo me dueles!... Busco tierra con mis pies profundos y sólo consigo afincarme en tus muertos… ¡Ay, pueblo querido, la muerte y el martirio espera por vosotros!... Llego la plaga, la historia de un final y la historia de un comienzo.

GENERALES Y CLERO: – ¡La Pasionaria es peligrosa!... ¡La Pasionaria es de Moscú!... ¡La Pasionaria se opone a Dios!

FRANCO: (Señalándola) –Abunda el hombre malo… El hombre malo abunda, en campos y aldeas, capaces de insanos vicios y crímenes bestiales, que bajo el pardo sayo esconde su alma fea, esclava de los siete pecados capitales… Tú lo sabes Dolores… ¡Tú los escondes!... Son el alma tuya.

FALANGISTAS: (Coro) –Tú lo sabes Dolores… ¡Tú los escondes!... Son el alma tuya.

DOLORES: – ¡Franco!… Franco, a mi no me irrita que tú ejército y los anarquistas no estén satisfechos con nuestras luchas, lo que me crispa es que digas que estamos vendidos a Moscú… ¡Vendidos no!... ¡No!... ¡No!... Los pobres vivimos mal… ¡Tenemos hambre y nos arropa la miseria!… ¡No hay peor violencia que el hambre!

CORO: –Los pobres vivimos mal… ¡Tenemos hambre y nos arropa la miseria!… ¡No hay peor violencia que el hambre!...

DOLORES: –Los pobres vivimos mal… Trabajamos de sol a sol… Los de la sangre derramada, en campos y ciudades… Y aún nos queda tiempo para sufrir en tus cárceles de infierno y maldad.

CARDENAL: – ¡A ladrar fuera de aquí!... Dolores, la España de la rabia y las ideas no existe… Tú eres una peste, te has casado con el diablo y con el diablo te irás a juntar.

FALANGISTAS: (Coro) – ¡A ladrar fuera de aquí!... ¡A ladrar fuera de aquí!... Tú eres la peste, te has casado con el diablo y con el diablo te irás a juntar.

DOLORES: –Soy especie única. Creo creer en Dios… Quiero que Dios exista. Lo que me quede de vida la pasaré luchando, aún sin esperanzas de encontrarme con Él... La lucha es mi aliento y mi consuelo… El olor de mi tierra es olor de tierra calcinada, de pólvora, de manantial de odio cobarde… ¡Sí!... ¡Sí!... Iré ladrar con aullido vigilante para contarle al mundo que España se desangra en combates entre hermanos.

FRANCO: –Soy un soldado y me encontré con la guerra… De día y de noche, con el sol de agosto y con el viento helado de diciembre he seguido mi ruta al azar, unas veces atemorizado, otras sereno ante la realidad… Dios me escogió para convertirme en soldado victorioso y todo aquel que se me atraviese será ejecutado por el ejército que ha armado a mi servicio el Señor.

FALANGISTAS: (Coro) – ¡Será ejecutado!... ¡Será ejecutado por el ejército armado a tu servicio por el Señor!

DOLORES: –La violencia, tú violencia, no puede ser monopolio de tus creencias… Tengo amigos que son tus amigos, que no son socialistas, ni comunistas, pero sí devotos de la violencia… Otros, por el contrario, a quienes llamas socialistas y comunistas, buscan pan para pueblo, paz y libertad de la bota opresora del ejército malvado… Yo, Dolores Ibárruri, estoy con ellos.

FRANCO: – ¡Loca!... ¡Loca!... Acaso no sabes que se te acusa e investiga por la muerte de Calvo Sotelo.

FALANGISTAS: (Coro) – ¡Se te acusa e investiga!... ¡Se te acusa e investiga!...

DOLORES: –Mi sentencia de muerte es la sentencia de las ideas puras… Yo protejo a los españoles, a los trabajadores, a los humildes moradores… Sotelo protegía a los burgueses, a sus crímenes y riquezas…Yo no lo maté, su ambición lo asesinó… Y tú, Franco, también estás sentenciado con mi grito de guerra que clama libertad.

FRANCO: – ¡Silencio!... ¡Basta ya, mujer!... ¡Eres roja!.... ¡Roja como el infierno!

CORO: – ¡Roja como el infierno!... ¡Roja como el infierno!

DOLORES: – ¡Prefiero morir de pie que de rodillas!

GENERALES Y JUNTA: –(A una sola voz) – ¡Nuestra bandera está alzada en el centro de la tierra!... ¡Tenemos nueva patria y verdadera libertad!... ¡Viva España!... ¡Viva el Generalísimo Franco!

FALANGISTAS: (Coro) – ¡Viva España!... ¡Viva el Generalísimo Franco!

FEDERICO: –Los caballos negros son. Las herraduras son negras. Sobre las capas relucen manchas de tinta y de cera. Tienen, por eso lloran, de plomo las calaveras. Con el alma de charol, viene por la carretera. Jorobados y nocturnos, por donde animan ordenan silencios de goma oscura y miedos de fina arena. Pasan, si quieren pasar, y ocultan en la cabeza una vaga astronomía de pistolas inconcretas.

FRANCO: – ¡Calla gitano!... ¡Calla, que muerto estás!

FEDERICO: (Sordo a la amenaza, el poeta prosigue) –San José, lleno de heridas, amortaja a una doncella. Tercos fusiles agudos por toda la noche suenan. La Virgen cura a los niños con salivilla de estrella. Pero la Guardia Civil avanza sembrando hogueras, donde joven y desnuda la imaginación se quema. Rosa la de los Camborios, gime sentada en su puerta con sus dos pechos cortados puestos en una bandeja…

FALANGISTAS: (Coro) – ¡Calla gitano!... ¡Calla, que muerto estás!

FEDERICO: (Con más énfasis) –Y otras muchachas corrían perseguidas por sus trenzas, en un aire donde estallan rosas de pólvora negra. Cuando todos los tejados eran surcos en la tierra, el alba meció sus hombros en largo perfil de piedra. ¡Oh ciudad de los gitanos! La Guardia Civil se aleja por un túnel de silencio mientras las llamas te cercan. ¡Oh ciudad de los gitanos! ¿Quién te vio y no te recuerda? Que te busquen en mi frente. Juego de luna y arena.

FRANCO: (Soberbio) – ¡Calla, Lorca!... ¡Ya tú muerto estás!... Ahora, más que nunca, España necesita paz. Yo soy la calma, el olvido y el perdón. Es necesario reconquistar la armonía entre los españoles… ¡Yo soy la única y posible unidad nacional!

FEDERICO Y DOLORES: – ¿Calma?... ¿Olvido?... ¿Unidad nacional?... Háblanos de esa triste locura.

FRANCO: –Ofrezco justicia e igualdad ante la ley… Paz y amor entre los españoles… ¡Libertad y fraternidad! Una libertad sin libertinaje y exenta de tiranía… Ofrezco trabajo para todos y justicia social sin odio ni violencia, pero con distribución equitativa de la riqueza nacional… Pero eso sí, declaro guerra sin cuartel a los aprovechadores de la política, a todos los que engañan al obrero honrado… ¡Yo soy la paz, mi ejército el orden y la Iglesia mi orientadora!

FALANGISTAS: (Coro) – ¡Franco es la paz, el ejército el orden y la Iglesia la orientadora!

DOLORES: – ¡Ay España, ya veo tu progreso!.. ¡Ya sé tu futuro!... Fábrica de militares, fábrica de Guardias Civiles, fábrica de curas y todos nosotros, los españoles de fe, esparcidos sin norte por el mundo en busca de paz y libertad.

FRANCO, GENERALES Y EL CARDENAL: (Todos) – ¡Así hablan los necios!... Hoy comienza el más apasionante capítulo de la historia española.

FALANGISTAS: (Coro) – ¡Así hablan los necios!... ¡Así hablan los necios!...

DOLORES: – Si mi lucha, mi firme convicción por una Ley del Trabajo que le de pan del pueblo es una locura, entonces seremos necios, pero tú buscas sólo el sometimiento del tiempo y de los hombres.

FEDERICO: –Las tierras… ¡Las tierras!... Las tierras de España, las grandes, las solas desiertas llanuras, las llenas de sangre, aquellas tierras donde jinetea mi pueblo al sol y a la luna… La tierra donde se siembra, donde nadie, donde nadie que enfrente, no hay nadie, ¡qué es nadie la muerte si va en tú montura!

FRANCO: – ¡Los republicanos son ya escombros y sus ideas ruinas!… ¡Yo también siento!, y por mi venas corre un escalofrío al pensar en los muertos… ¡Guerra de hermanos en una tierra de boca amarrada, donde el silencio gritará vivas en luto!... ¡Pero vencimos la guerra!.. Fue un trabajo enorme, abrumador, que a España le hacía falta… ¡Esta es la segunda historia y ahora comienza!...

FALANGISTAS: (Coro) – ¡Esta es la segunda historia y ahora comienza!... ¡Esta es la segunda historia y ahora comienza!

FEDERICO: –Cuando llega la noche, noche que noche nochera, los gitanos en sus fraguas forjaban soles y flechas. Un caballo malherido, llamaba a todas las puertas. Gallos de vidrio cantaban por Jerez de la Frontera.

DOLORES: – ¿Batalla?... ¡No!... ¡Pasiones!... Pasiones precedidas de dolores con rejas de esperanza… De dolores de pueblo con esperanza de hombres… ¡Entendamos!... Muerte y pasión de paz, las populares… Muerte y pasión guerrera, las falangistas… Tú aliento cambia de rumbo a los vientos y en tu uniforme prendidas están las tumbas en el pecho… El mundo señala: “Cosas de españoles” y es la verdad…

FRANCO: (Soberbio y furioso) – ¡Calla!... ¡Calla, mujer!, que yo soy el Generalísimo por obra y gracia de Dios… ¡El más grande de España y vitalicio ya!... ¡Me cago en la cultura, me cago en las ideas y en las doctrinas contrarias a la mía!... En fin, ¡me cago en diez!

FALANGISTAS: (Coro) – ¡Me cago en la cultura, me cago en las ideas y en las doctrinas contrarias a la mía!... En fin, ¡me cago en diez!

FRANCO: –El espíritu de odio y la venganza no halla sitio en nuestros corazones… ¡Fuera!... ¡Fuera los dos!... Tú a la tumba y tú al destierro (Indicando a Federico y luego a Dolores)… Ustedes pertenecen al naufragio del pasado inevitable… ¡Yo salvaré a España y a su grandeza!... Por eso digo ¡fraternidad, libertad, igualdad!... ¡Viva España!

FALANGISTAS: (Coro) – Tú a la tumba y tú al destierro… ¡Fuera!... ¡Fuera los dos!... ¡Viva España!... ¡Viva Franco!

DOLORES: – A partir de hoy mi luto será eterno. He sacrificado todo, y lo que me queda es la vida… ¡Desterradme!, pero seguiré luchando hasta la muerte… ¡Despatriadme!... ¡Encarceladme!... ¿Qué más podemos esperar los españoles de ti?

TODOS: (Falangistas, sacerdotes, cardenal, militares) – ¡Fuera!... ¡Fuera los dos!... Tú a la tumba y tú al destierro… ¡Viva Franco!... ¡Viva el Generalísimo por obra y gracia de Dios!... ¡Viva España!



ESCENA MUSICAL VI

Con indumentaria militar (elemental y sugerida), pero con mallas enteras de ballet, entra en escena un nutrido cuerpo de baile al compás de una marcha rock. Representan a los vencedores, quienes hacen gala, con sus movimientos, de su bravura y disciplina. Cuatro sacerdotes llevarán en procesión la efigie de Franco. Dos gitanos, dos andaluces, dos gallegos y dos madrileños (en trajes típicos insinuados) conformarán un círculo alrededor de Franco. Bailarán una marcha real en rock. La música hará tres pausas y en esos intervalos todos alzarán los brazos. Luego, segundos antes de concluir el baile, en posición de firmes, vocearán:



TODOS: – ¡Franco!... ¡Franco!... ¡Franco!...

FRANCO: –He jurado defenderos y sólo eso he hecho y eso haré.

SACERDOTES: (Los cuatro. Desfilarán sobre el manto real y cantarán) – ¡Por Dios y por el César!... ¡Por Dios y por el César!... (Luego de dar la vuelta se retiran de escena).

MILITARES: (También al compás de la marcha real) – ¡El Estado eres tú!... ¡Padre y salvador de la patria!... ¡El Estado eres tú!... ¡El jefe absoluto del gobierno y Generalísimo del Ejército!

CIVILES: – ¡El Caudillo es el hijo de Dios!... ¡El Caudillo el hijo de Dios!... (Se retiran. Todas las luces mueren por fracciones de segundos. Al reencenderse, Franco está en el centro del escenario de rodillas en tierra y brazos en alto).

FRANCO: –Apelo a los pueblos del mundo para que eviten los pesares y tragedias que hemos vivido los españoles. (Un ruido estruendoso retumba por los cuatro costados. Entran Hitler y Mussolini. Franco se levanta).

MUSSOLINI: (Apartado de los oídos de Franco, se dirige al Führer y con irónica sonrisa le susurra) –Führer, debes convencerlo para que acepte la ayuda que le ofrecemos. De no ser por nosotros jamás hubiese triunfado… Franco nunca ha sido un guerrero. (Se estrechan las manos y avanzan).

HITLER: (A Franco) –Me satisface este encuentro. Es necesario que España se decida y entre de lleno a la Guerra Mundial.

MUSSOLINI: – ¡Todo está listo!… Esperamos por ti…

FRANCO: (A los dos) –No es conveniente para España estar de lado de los que están perdiendo la guerra.

HITLER Y MUSSOLINI: (Atónitos) – ¿Cómo?...

FRANCO: (Tratando de enmendarse) –Führer, mi deseo es participar en la guerra, pero las condiciones militares de España son pésimas… Estamos destrozados por nuestra propia guerra.

MUSSOLINI: –Tú método de oscilación entra una tesis y otra, un amigo y un enemigo, una teoría a la opuesta, encuentra siempre oportunidad para sacudirte del conflicto mundial que tenemos encima.

CORO: (Silenciosa música de fondo y coro sordo, casi apagado) – ¡Valor!... ¡Valor!... ¡No tienes valor!... ¡A tu pueblo mancillas!... ¡A España apuñalas!... ¡Valor!... ¡Valor!... ¡No tienes valor!...

HITLER: –Tienes que entrar en la guerra antes de enero. A cambio te prometo El Peñón de Gibraltar después de que mis paracaidistas la hayan tomado, claro está.

CORO: – ¡Valor!... ¡Valor!... ¡No tienes valor!... ¡A tu pueblo mancillas!... ¡A España apuñalas!... ¡Valor!... ¡Valor!... ¡No tienes valor!...

FRANCO: – ¿Puede Alemania asumir el gasto para proveer a España de alimentos y petróleo?... Lo del regalito… Lo de Gibraltar, es un insulto… Gibraltar es cuestión mía y orgullo nacional.

CORO: – ¡Valor!... ¡Valor!... ¡No tienes valor!... ¡A tu pueblo mancillas!... ¡A España apuñalas!... ¡Valor!... ¡Valor!... ¡No tienes valor!...

MUSSOLINI: (Indignado, se le va encima) – ¡Terco!... ¡Terco!... Dejas escapar la victoria cuando la tenemos en un puño… Tu optimismo es sereno y eso no sirve para la guerra… ¡Tú no sabes combatir!... ¡Solos!... Solos, Alemania e Italia, ganaremos esta guerra.

FRANCO: –Yo, el gobierno y el pueblo español seremos neutrales y al margen de la guerra… ¡Es mi decisión!...

CORO: (Apagándose lentamente, mientras salen Hitler y Mussolini) – ¡Valor!... ¡Valor!... ¡No tienes valor!... ¡A tu pueblo mancillas!... ¡A España apuñalas!... ¡Valor!... ¡Valor!... ¡No tienes valor!...



ESCENA MUSICAL VII

Al ritmo de Aranjuez entra Winston Churchill con una botella de ginebra debajo del brazo y un habano terciado en los labios.



HITLER Y MUSSOLINI: (Se topan con Churchill mientras salen) – ¿Churchill, aquí? (Franco ríe).

CHURCHILL: –Nunca olvidaré, el inmenso servicio que España prestó al Reino Unido, a la Comunidad Británica y a la causa de las Naciones Unidas. (Mira de reojo a Hitler y a Mussolini, quienes están por abandonar la escena. Se ríe y continúa). No siento simpatía alguna por los que consideran inteligente e ingenioso insultar al gobierno español siempre que se le presente en gana. (Entre las sombras comienza a verse la silueta de Eisenhower, quien pronto penetra la escena).

HITLER Y MUSSOLINI: – ¿Eisenhower, aquí?

EISENHOWER: (Bailando andaluz entra vestido de general -sugerido, sólo el birrete y mallas de bailarín- y la bandera norteamericana en hombros) – ¡Mi Generalísimo, usted es un gobernante de notable temple!... Sé que se mantendrá sólido en el mando y para reafirmarlo mi país, la grande Norteamérica, implantará bases aéreas en España.

FRANCO: – ¡Hostia!... Naturalmente… Naturalmente… (Hitler y Mussolini salen corriendo aterrados).



ESCENA MUSICAL VIII

Vuelve el cuerpo de baile. Las mujeres, vestidas de falangistas -trajes sugeridos (una gorra, una cinta), pero con mallas de ballet-, los hombres igual y varios de sacerdotes. Representan al pueblo. Todos gritan:



PUEBLO: – ¡Franco con Dios y Dios con Franco!... ¡Franco con Dios y Dios con Franco!... ¡Franco con Dios y con el mazo dando!... ¡Franco con Dios y Dios con Franco!... ¡Franco con Dios y con el mazo dando!...




SEGUNDO ACTO

Despacho de Franco. Está reunido con su Ministro de Asuntos Exteriores. Franco está sentado y Serrano Suñer paseándose de un lado a otro.



SERRANO SUÑER: –Cuñado, como Ministro de Asuntos Exteriores, pienso que no hemos orientado una política justa con Alemania e Italia.

FRANCO: –Ramón, no consentiré jamás hipotecar a España… Mi propósito es reivindicar, en todo momento, hasta la última pulgada, nuestro territorio… ¡No entraré en la guerra!... Alemania e Italia perderán y yo no pienso desaparecer… Necesitamos distanciarnos de esos fascistas… ¡Yo estoy gobernando a España por orden de Dios!

SERRANO SUÑER: –Cuñado, España vuelve a ser un factor vivo y dinámico y creo importante que debemos influir sobre el futuro de todos los hechos que se desarrollan en Europa… Debemos reconsiderar la política germanófila.



ESCENA MUSICAL

Bailando, tres miembros militares irrumpen en el despacho del Generalísimo. Están vestidos con las pintas del escuadrón de Franco y la soberbia camisa azul.



MILITAR UNO – ¡Generalísimo, el general Varela ha sido víctima ilesa de una bomba que causó estragos en el Santuario de Begoña, en Bilbao, cuando se encontraba en función religiosa!

FRANCO: (Golpea con el puño el escritorio y se levanta excitado) – ¿Cómo?... ¡Imposible!... ¡Qué se investigue el atentado!

MILITAR DOS – Ya lo hemos hecho y el responsable es él (dice señalando a Serrano Suñer), su cuñado y sus seguidores fascistas.

FRANCO: (Indignado) – ¡Lo presentía!... ¡Lo sabía!... ¡Oye, tú!... Ramón, te has comprometido hasta lo último con el grupo germanófilo sabiendo que yo no lo apruebo… ¡Traidor!... ¡Apártate de mi gobierno!... ¡Estás destituido!... No quiero volver a verte nunca más y todo esto lo voy a enterrar antes de proceder como te lo mereces. (Serrano Suñer se retira del despacho mientras el grupo de militares danzan con desprecio a su alrededor. Mientras lo hace, entra el Conde Francisco Gómez Jordana).

CORO: – ¡Lo presentía!... ¡Lo sabía!... ¡Traidor!...

FRANCO: –Te esperaba, Francisco… ¡Asume el puesto de mi cuñado!… Tú política es beneficiosa para el gobierno… Además, es vista con buenos ojos por ingleses y norteamericanos… Eso ayudará en los asuntos de política internacional.

JORDANA: – ¡Son años difíciles!... Nos apoyaremos en un tratado con Portugal… Realizaremos algunas maniobrillas diplomáticas con mucha habilidad.



ESCENA MUSICAL II

Entran en escena doce bailarines que representan al gobierno. Franco, El Generalísimo, danzará entre estos y cantará. Comienza el Ora Pronobis de sus leyes. Música rock, con ribetes mortuorios, sonará al fondo.



FRANCO: – Yo, El Generalísimo de España, dispongo: ¡Pena de muerte para los traidores!

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – Pena de muerte para el que atente contra mi.

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – ¡Pena de muerte para el que conspire, hable oral o escrito o amenace a mi persona!

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – ¡Destierro para los que revelen secretos políticos o militares!

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – ¡Cárcel, rejas para los que funden, organicen o dirijan asociaciones o grupos para la subversión violenta!

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – ¡Pena de muerte para el que robe!

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – ¡Pena de muerte para el que atente contra la autoridad o funcionarios míos!

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – La prensa de la falange publicará lo que yo diga y quiera.

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – La Iglesia y yo seremos uno sólo… ¡Yo vengo de Dios y Dios sale de mi!

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – A partir de hoy todos los españoles recibirán suficiente pedagogía cristiana.

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – A los que le están haciendo juego al comunismo internacional, le diré: Aquí, en España, es juego viejo y aquí les enseñaremos a ser prudentes a fuerza de tiros y metrallas, cárcel y martirio.

CORO: – ¡Amén y qué así sea!

FRANCO: – Establezco desde mismo instante un régimen jurídico que ordene la actividad administrativa del Estado… Las Cortes será ahora el órgano superior de participación del pueblo español.

CORO: – ¡Amén y qué así sea!... ¡Franco el vencedor!... ¡Franco El Libertador!... ¡Franco, el dedo de Dios!

FRANCO Y MILITARES: – ¡A buscar traidores!... ¡A limpiar España!... ¡El anticomunismo español no es capricho sino una necesidad!... ¡A decapitar al comunismo!...

CORO: – ¡A buscar traidores!... ¡A limpiar España!... ¡A salvar a España!.. ¡A decapitar al comunismo!...



ESCENA MADRILEÑA

En una taberna (la “Julio Torres”) se escucha una guitarra, el repiqueteo de unas castañuelas y de semifondo el canto y zapateo de la Gran Sevillana. En una mesa, en el centro del escenario, están reunidos Lola La Grande, Pedro Luis, su esposa Carmen, Dolores Ibárruri y el fantasma de Federico García Lorca. En otras, falangistas y republicanos. El ruido se va destiñendo. Lola se levanta de la silla, se separa de la mesa y, dirigiéndose a todos, dice:



LOLA LA GRANDE: – ¡Joder, hijos!... Chabales, al fin llegó el salvaó de España.

PEDRO LUIS: – ¿El salvaó? … ¡Coño, Lola, como que te has vuelto loca!... Ese salvaó es el mesmeto demonio que nos arrastra a las pailas del infierno… Vivimos en paz transitoria, en libertad mancillada… ¡Todo es angustia y forceo, mujé!

FALANGISTAS: (Borrachos gritan) – ¡Sí!, el salvaó!... ¡Lola tiene razón!

REPUBLICANOS: (Responden) – ¡Es el mismo diablo disfrazado de Dios!

DOMINGA: (La dueña de la taberna corre, cierra el local y entona, en eco sonoro, pero estridente, conmovedor) – ¡Po’favó!... ¡Po’favó!, que somos hermanos y tomamos del mismo vino… ¿Qué importa la razón de los unos y lo otro?... ¡Qué importa!... A todos les falta el sentido españó.

PEDRO LUIS: –Te equivocas Dominga. Conozco demasiado bien el silencio de las grandes atrocidades… Yo elijo la libertad por fidelidad a mis propias imperfecciones y, aunque me resulte difícil odiar, porque a lo mejor ustedes me odian, no comparto nunca jamás estas desigualdades… ¡No acepto esas traiciones porque los republicanos, los comunistas y los anarquistas también somos españoles!

CARMEN: (Preocupada) – ¡Calla Pedro Luis!... Por lo que más quieras, no des más angustia, hombre… No ves que si te escuchan los malos oídos vas a parar a la cárcel de Vigo.

PEDRO LUIS: – ¡No me importa, complacido iré!... ¡Qué ése señó a mi no me gusta!... Español como soy, con régimen o sin el, hecho pá fuera lo que siento.

DOLORES: –Vivimos momentos de angustia… ¡Tenemos un millón de muertos, quinientos mil exiliados, trescientos mil presos políticos y doscientas mil personas condenadas a muerte y ejecutadas!

FEDERICO: – ¡Este es el pueblo!... ¡Éste es el verdadero hombre español, ansioso de patria y henchido de libertad!... Son los pechos que jamás temieron… No podemos callar cuando nos rodean miserables e hipócritas charlatanes.

CORO: –Son los pechos que jamás temieron… ¡Este es el pueblo!... ¡Éste es el verdadero hombre español ansioso de patria y henchido de libertad!...

FEDERICO: –Turba de militares asesinos, cortos en hazañas ante la historia, ministros de curas, porteros del odio y de la venganza, parásitos crecidos entre la miseria y el hambre… ¿Y qué vendrá ahora? … Es la pregunta que se hacen los borregos del rebaño cobarde, que si bien han vencido jamás convencido…

CORO: –Turba de militares asesinos… Parásitos crecidos entre la miseria y el hambre…

FEDERICO: –Los españoles tenemos que seguir luchando… Alguna gracia secreta arrancaremos de las manos de Dios…Mi muerte la brindé a España... Al espíritu guerrero de sus hombres…

CORO: –Los españoles tenemos que seguir luchando… Alguna gracia secreta arrancaremos de las manos de Dios…

LOLA LA GRANDE: – ¡Vaya usté a sabé, hombre! Pero es mejó que toquen silencio. Tanto tú, Pedro Luis, como tú Dolores, estáis desvariando… Que uno nunca sabe lo que fue, pero si lo que es, y en cuanto a lo que sucede, aquí estamos en ajuste de cuentas… ¡Yo no sé qué fui!… Ahora soy franquista, falangista, y ¡creo en Dios!

CARMEN, DOLORES Y PEDRO LUIS: (En coro) – ¿Franquista?... ¿Falangista, tú?...

LOLA LA GRANDE: – ¡Claro, hombre!... ¿Qué te crees? (Unos aplauden, otros rechiflan).

DOLORES: –Pero, Lola, y ¿qué pasó con los vivas a Negrín? (El último presidente republicano).

LOLA LA GRANDE: – ¡Mujé, tú no está en ná!... Es que nadie comprende el dolor ajeno… ¡Ayer fue ayé y hoy es hoy!

PEDRO LUIS: – ¡Por las nalgas de Manolete!... Uno nunca sabe con que se va a encotrá…

DOLORES: – ¡Más vale ser viuda de héroe que mujer de cobarde! (Suena el portón de la taberna).

CARMEN: – ¿Quién es?

GUARDIA: – ¡La Guardia Civil! (Pedro Luis y Dolores corren a esconderse. Dominga se apresura y abre la puerta. Carmen y Federico se quedan en la mesa).

DOMINGA: – ¡Miguelillo, tanto tiempo sin verte!... ¿Qué haces vestido con ese uniforme?

LOLA LA GRANDE: – ¡Te ves precioso, hijo!

DOMINGA: – Pero si la guerra ya finalizó, ¡hombre!

LOLA LA GRANDE: – Ahora es que comienza, mujé… Ya te lo había dicho antes. La diferencia es que esta no se combate de frente, como los machos, porque atacan por la espalda… Nunca se sabrá donde está el delató o el valiente hombre de la nación.

MIGUEL: – ¡Dime, Dominga, necesito sabé donde están Pedro y La Dolores!

CARMEN: (Se levanta e intrigante pregunta) – ¿Y para qué los quieres?

MIGUEL: – Carmencilla, hermana, ¿qué haces aquí?

CARMEN: –Ya lo ves, hermano, ¡celebrando por los que mueren para que nosotros vivamos!

MIGUEL: – ¡Calla!… ¡Calla, mujé!

LOLA LA GRANDE: –Nosotros, los españoles, nos encontramos separados por un abismo imposible de colmar… Una distancia tan grande como de la Tierra a la Luna nos separa… Esta guerra es una guerra de exterminio… ¡Hay que exterminar a los enemigos de España, sino ellos acabarán con nosotros!

CORO: –Esta guerra es una guerra de exterminio… ¡Hay que exterminar a los enemigos de España, sino ellos acabarán con nosotros!

MIGUEL: –Por favó, Carmencilla, ¿dónde?

PEDRO LUIS Y DOLORES: (Saliendo de su escondite) – ¡No hace falta decí ná!... ¡Aquí estamos!...

DOLORES: – ¿De qué se nos acusa?

MIGUEL: – Mire, usté, Dolores, ahora sólo hay dos categorías de individuos: Los astutos y los imbéciles… ¡Tú comunista, él republicano! (Señalando a Dolores y a Pedro Luis). ¡Ustedes están con el diablo yo me puse en presencia de Dios!

DOLORES: – ¡Viva la muerte! Es la única libertad que podemos anhelar los españoles… Yo no he renunciado a Dios, renuncié a los defectos de la religión, a su oscurantismo. Renuncié a las fallas e injusticias de los sacerdotes, que siempre están de lado del poder y de espalda al pueblo y a los pobres…

CORO: – ¡La Iglesia con el poder de los ricos y de espalda a los pobres!... ¡La Iglesia con el poder y los ricos y de espalda al pueblo y a los pobres!...

DOLORES: – Renuncié a la Iglesia porque son lobos disfrazados de cordero… Como aparentes maestros de la moral perdonan actos inmorales y crueles asesinatos. Ellos odian nuestra pobreza, pero apoyan la violencia del Generalísimo, a quien proclaman el brazo armado del Señor… Pero la verdad no es esa… ¡Son fariseos, hipócritas!… La verdad es que la Iglesia está con Franco porque le concede más fortuna y poder… ¡Mas impunidad, más libertinaje, más lascivia entre la sucia curia!

CORO: – ¡La Iglesia con el poder y de espalda a los pobres y a la dignidad!

DOLORES: – ¡La Iglesia crea miedo en el hombre español!... ¡Esa es la base de su religión, pero no la de Dios!... ¡Dios es amor, justicia y misericordia!... Yo, Dolores, La Pasionaria, afirmó: ¡Ese omnipotente, de metralla y uniforme que se hace llamar el brazo de Dios, es, en verdad, el parto del mal!… Con él España se empequeñecerá ante el tiempo, el pueblo y el mundo.

CORO: – ¡La Iglesia crea miedo en el hombre español!... ¡Esa es la base de su religión, pero no la de Dios!...

MIGUEL: – ¡Hostia!... ¡Coño, loca!, te has condenado tú misma.

PEDRO LUIS: –Bueno, chaval, es que te han confundido… ¿Quién coño te dijo que tú Generalísimo es el nuevo Mesías?... ¡Mierda, es el colmo!

MIGUEL: –Ustedes lucharon al lado de los republicanos y las hordas rojas de Moscú… ¡Los llevo a Consejo de Guerra!

PEDRO LUIS: –Bueno, hombre, ¡qué ya eso pasó!... Ahora estamos humillados, cobijados por el manto de los vencidos, pero en paz…

LOLA LA GRANDE: – ¡Ná de qué pasó!... ¡Es necesario limpiar a la nación!

CARMEN: (Estalla en llanto) – ¡Por Dios, Miguelillo!... ¿Dónde dejas la misericordia española hacia el vencido del que tanto hablaban nuestras abuelas?... Además, ¡tú eres mi hermano y para Pedro, su hijo!

LOLA LA GRANDE: – ¡Cumple con tú deber!… ¡El Generalísimo, por la gracia de Dios, te lo recompensará!

MIGUEL: – ¡Qué así sea, y ole! (Se lleva a Dolores y a Pedro Luis).

FEDERICO: (Reaparece en escena el fantasma de Lorca). –La ciudad libre del miedo, multiplicaba sus puertas. Cuarenta Guardias Civiles entran a saco por ellas. Los relojes se pararon, y el coñac de las botellas se disfrazó de noviembre para no infundir sospechas. Un vuelo de gritos largos se levantó en las veletas. Los sables cortan las brisas que los cascos atropellan.

CORO: –Un vuelo de gritos largos se levantó en las veletas. Los sables cortan las brisas que los cascos atropellan.

FEDERICO: –Cuando yo me muera, enterradme con mi guitarra bajo la arena… Cuando yo me muera entre los naranjos y la hierbabuena… Cuando yo me muera, enterradme, si queréis, en una veleta…

CORO: –Cuando yo me muera, enterradme con mi guitarra bajo la arena… Cuando yo me muera entre los naranjos y la hierbabuena…



ESCENA MUSICAL III

Las cárceles de España y el éxodo. Una increíble alfombra de cuerpos humanos. Unos desnudos, otros envueltos en sabanas de tul de variados colores y mallas blancas. Son españoles. Están tristes y desabrigados. ¡Son tantos! Pedro Luis espera. En la madrugada será fucilado. Conversa con otros reos. Pide papel y lápiz para dejar una nota postrera a su amada mujer. Una vieja maleta sirve de mesa. De repente una voz ronca sacude el silencio de la noche.



GUARDIA: – ¡Atención!... ¡Atención, miserables!... ¡A la descubierta!... ¡A despojarse!...

REO I: – ¡Aquí está Robledano, el que con su dibujos transmite al mundo los horrores de nuestras cárceles!... ¡Más allá (señalando con el dedo) está Diego San José, el poeta, el idealista!… Los dos juntaron expresiones y sentires, dibujos y versos, testigos tristes de esta infame locura.

REO II: – ¡Qué tristeza tan honda me da ver a estos espectros de vida que se borran!... Ver al español vivir desnudo con la muerte… ¡En estos espacios de tortura nos abrazamos y morimos!

GUARDIAS: (Llegan cuatro guardias y gritan) – ¡Pedro Luis, levántate, que llegó tu hora! (Pedro Luis se incorpora del suelo donde escribía la carta. Todos los demás presos, que reposaban en el piso, tirados o recostados de las paredes, lo imitan. Alertas, los guardias ponen sus armas a tiro frente a ellos).

TODOS LOS PRESOS: (Cantan) – ¡Te vas con la muerte y te adorna una sonrisa en los labios!... Pasamonte y Don Quijote te dan la mano… Eres Sancho y Juan Padilla… Eres el bravo, el héroe que marcha altivo y con el corazón ensangrentado hacia la muerte.

GUARDIAS: – ¡A callar, malditos!

TODOS LOS PRESOS: (Repiten) – ¡Te vas con la muerte y te adorna una sonrisa en los labios!... Pasamonte y Don Quijote te dan la mano…



Mientras, en el extremo izquierdo del escenario, el éxodo español se incrementa al compás de los redobles de una marcha rock con ribetes tristes, ahogados. Después de un juego de luces, los reos y guardias desaparecen y el escenario se plena de emigrantes. Entre las personas se ve la imagen de Picasso, Salvador Dalí, Antonio Machado, Goya, La Pasionaria, García Lorca -fantasmas-, campesinos, obreros, intelectuales, etc. (luz de reflector de colores en sus rostros). Cesa la música anterior y todos, arrogantes, entonan la canción “El emigrante”.



TODOS: (Canción “El emigrante”) –Tengo que hacer una rosario/ con tus dientes de marfil/ para que pueda besarlos/ cuando esté lejos de aquí. Sobre sus cuentas divinas/ hechas de nardo y jardín/ rezaré pá que me ampare/ aquella que está en Sangil/. Adiós mi España querida/ dentro de mi alma/ te llevo prendida/ aunque soy un emigrante/ jamás en la vida/ yo podré olvidarte. Al salir de España un día/ volví la cara llorando/ porque lo que más quería/ atrás me lo iba dejando/. Llevaba por compañera a mi Virgen de Sangil/ una pena y una cuenta/ y un rosario de marfil/. Adiós, mi España querida/ dentro de mi alma/ te llevo prendida/ aunque soy un emigrante/ jamás en la vida/ yo podré olvidarte/. Yo soy un pobre emigrante/ que traigo a esta tierra hermana/ en mi pecho un estandarte/ con la bandera de España/ con mi patria y con mi novia/ y mi Virgen de Sangil/ y mi rosario de cuentas/ yo me quisiera morir.

FEDERICO: –Estoy muerto, pero también marcho al destierro… Es el comienzo de un nuevo reinado donde las penas triunfan y los huertos se llenas de calaveras… ¡Es el destierro de la libertad!

CORO: –Es el comienzo de un nuevo reinado donde las penas triunfan y los huertos se llenas de calaveras… ¡Es el destierro de la libertad!

(Cantando, los emigrados se van dispersando por todos lados, entre el público, y por los laterales. Una vez que haya salido el último de ellos, entra al escenario Franco, más viejo, rodeado de generales, curas y civiles).



ESCENA MUSICAL IV

Madrid, 1973. Asesinato de Carrero Blanco y declive del régimen.



FRANCO: –No somos un paréntesis en la historia de España, somos una auténtica rectificación histórica. España ha necesitado de todos estos años de dictaduras militar y, para continuarla, iré preparando al almirante Luis Carrero Blanco, quien es mi amigo y devoto del régimen… Estoy firmemente convencido de que es el discípulo leal y el continuador de mi ideal… ¡No basta con haber elegido a un rey! (Entran bailarines-militares ejecutando una marcha fúnebre. Llevan consigo a seis prisioneros. En coro informan a Franco).

MILITARES: – ¡Carrero, su hijo predilecto, el sucesor, ha sido muerto!... Los comunistas de la ETA lo asesinaron… Los separatistas mataron a la esperanza… ¡He aquí a sus asesinos!... ¡He aquí a sus asesinos!...

FRANCO: – ¡Malditos!... ¡Atentáis contra la moral, la religión, la tradición y la conciencia española!... ¡Su crimen es monstruoso! … ¡Carrero era mi espada!... ¡El hijo predilecto de la patria!... ¿Qué habéis hecho, malditos?...

PRISIONEROS: – ¡Arreglamos cuentas con Carrero!... ¡Lo hicimos saltar con su auto por los aires!... ¡Eliminamos la continuidad del régimen y el terror!... ¡A usted, Generalísimo, dentro de poco se lo llevará el diablo!

FRANCO: – ¡España tiene democracia orgánica!... ¡Tiene los ideales de Dios!... ¡Es la patria y la justicia!... Yo definí al capitalismo como anticuado e injusto, al marxismo como bárbaro y cruel y unifiqué a España bajo un mismo sol y una sola unidad política… ¿Creen que me quedé poco?

JUAN CARLOS I: (Entra su majestad, el Rey Juan Carlos de Borbón) – Suceda lo que suceda, las Fuerzas Armadas seguirán siendo las garantes de la situación. Yo soy el heredero que el pueblo ama. Yo soy la verdad y la paz… Cuando usted llegué al final, seré rey de España, el sucesor, el poder, y sin mi consentimiento no habrá solución posible, ni gobierno verdadero. ¡Yo soy la democracia y la reconciliación nacional!... ¡Yo el rey, yo la constitución!... ¡Yo soy España!... ¡España me ama y yo amo España!

(Mientras el rey sale de escena, Franco cae desvanecido en medio de sus generales, curas y civiles. Estos, apresurados lo recogen y lo llevan fuera de escena, quedando los seis prisioneros libres. Todos salen. Simultáneamente van entrando tres militares, dos civiles y cinco sacerdotes. Conforman el Consejo de Ministros. Franco agoniza. Comienzan a bailar un pasodoble-rock. Alrededor de ellos se aglutina el pueblo, que va entrado en escena poco a poco. Una mujer entrará vestida de rojo, con el rostro semioculto por una mantilla del mismo color. Los ministros dejan de bailar. La miran y asombrados cantan).



TODOS: – ¡Es Lola!… ¡Lola, La Grande!

LOLA: – ¡El Caudillo está muriendo!

MILITAR: (Aterrado, le dice a uno de los sacerdotes). – ¡Quién tendrá los cojones para decírselo!

SACERDOTES: – ¡Se lo dejo a Dios! (Se retiran).

FRANCO: (Cuatro Guardias Civiles entran a Franco, ya agonizante, postrado en una cama (de rueditas). Lo dejan en el centro del escenario y salen). – ¡Ordeno que los vascos de ETA sean fucilados!... ¡Qué la izquierda toda sea fucilada!... ¡Qué no quede sobre tierra española estiércol comunista! (Música fúnebre. Todos los presentes y otros bailarines que se incorporarán al escenario, cantarán “España soy yo”).

TODOS: –España dormía en el sueño del imperio/ Felipe II gobernaba/ Reforma-dictadura-falange. /Preludio de revolución caótica. / Anarquistas, falangistas, republicanos, milicianos, sindicalistas y comunistas ahogan en sangre a la España conquistadora/ Guerra, guerra a muerte. / Muere la libertad, mueren los hijos de la tierra/ Muere la esperanza/ Mueren sus hijos/ Ahora vuelve la luz, vuelven las ideas, vuelve a renacer la patria mía/Muere la opresión/Muere el caudillo y sus cadenas/ ¡Viva España! … ¡Viva el rey!... ¡Viva Juan Carlos, el rey de la libertad!

FRANCO: – ¡Me cago en la cultura, me cago en las ideas y en la doctrina contraria a la mía!

CORO: – ¡Vuelve la luz, vuelven las ideas, vuelve a renacer la patria mía!… ¡Muere la opresión!… Muere el caudillo y sus cadenas… ¡Viva España! … ¡Viva el rey!... ¡Viva Juan Carlos, el rey de la libertad!

FRANCO: – ¡Yo soy Dios!... ¡Yo la vida!... ¡Yo la resurrección de España!

CORO: – ¡Vuelve la luz, vuelven las ideas, vuelve a renacer la patria mía!… ¡Muere la opresión!… Muere el caudillo y sus cadenas… ¡Viva España! … ¡Viva el rey!... ¡Viva Juan Carlos, el rey de la libertad!

FRANCO: – ¡Soy El Caudillo de España!... ¡Generalísimo de los ejércitos!...

CORO: – ¡Vuelve la luz, vuelven las ideas, vuelve a renacer la patria mía!… ¡Muere la opresión!… Muere el caudillo y sus cadenas… ¡Viva España! … ¡Viva el rey!... ¡Viva Juan Carlos, el rey de la libertad!

FRANCO: – ¡Soy el brazo de Dios!... ¡Soy Franco el dictador!...

CORO: – ¡Vuelve la luz, vuelven las ideas, vuelve a renacer la patria mía!… ¡Muere la opresión!… Muere el caudillo y sus cadenas.

FRANCO: – ¡Franco soy yo!... ¡Soy hombre y soy Dios!

CORO: – ¡Vuelve la luz, vuelven las ideas, vuelve a renacer la patria mía!… ¡Muere la opresión!… Muere el caudillo y sus cadenas… ¡Viva España!… ¡Viva el rey!... ¡Viva Juan Carlos, el rey de la libertad!

FRANCO: – ¡Soy la derrota y la victoria!... ¡Yo soy España!... ¡El caudillo y el dictador!... ¡Soy vitalicio y nadie me puede suplantar! (Al finalizar expira. Se puede dramatizar o ridiculizar. Depende de los escenarios).

CORO: – ¡Viva España!... ¡Viva Dios!... ¡Ha muerto el tirano, ha muerto el dictador!... ¡Viva España! … ¡Viva el rey!... ¡Viva Juan Carlos, el rey de la libertad!



(De inmediato entran al escenario Juan Carlos I, ya investido de rey, y Adolfo Suárez.- Ordenan retirar el cadáver).



ESCENA ÚLTIMA – DERRAPE ESPAÑOL

Florido y numeroso cuerpo de baile. Alegría, mucha alegría. Bailarines semidesnudos, cuerpos pintados, mujeres seductoras, intelectuales, regreso de desterrados. Mucha luz, incandescente. Todo el escenario se ilumina. Se respira libertad y felicidad por doquier. Ritmo de discotecas de la época. Hay que transmitir mucho amor y paz y con ella el reflejo de la libertad. La coreografía debe ser impecable. Mientras el telón va cayendo lentamente, en el fondo se escucha un coro de voces angelicales, preferiblemente infantiles.



CORO: – ¡Se fue Franco con su franquismo!... ¡España está viva!... ¡Viva el rey!... ¡Viva España!... ¡Viva el rey!... ¡Viva la libertad!



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Novelas
El Papiro
Primera novela de la trilogía El Papiro

La estrella perdida
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de la trilogía El Papiro

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Url, el señor de las montañas

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